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15,20 €La presente publicación quiere mostrar cómo la exclusión sistemática de la población indÃgena (y, en concreto, de las mujeres indÃgenas) de las instituciones democráticas en América Latina ha convertido el conflicto entre grupos étnicos en una variable crucial para la democratización de esos paÃses. Aún más importante, se ha pospuesto la creación de un extenso tejido social democrático, fundado en la ley, en la diversidad cultural y en una amplia participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones. La incorporación subordinada de estos actores ha renovado parcialmente la orientación y los contenidos de las polÃticas públicas, pero la inclusión y cohesión social dependerán del reconocimiento de la identidad y las
orientaciones públicas de dichas organizaciones. Solo la satisfacción de las demandas indÃgenas para incrementar su participación polÃtica, social y económica, junto al reconocimiento de la realidad multiétnica, conducirá a una democracia real y, en última instancia, a la estabilidad polÃtica.