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9,98 €El remedio para el desencanto, el miedo, la angustia de "la bomba", el realismo disuasivo, la dispersión nuclear y trivializada de los egoÃsmos, sólo puede ser la resurrección del alma. Ya no la Gran Alma muerta de las religiones y los ideólogos, sino un alma dispersa, imprevisible y juguetona: alma atómica y, por consiguiente, libre, sensual y epicúrea. Entregar el alma, el placer de especular, a la manera de los bienaventurados, a nuestro universo contraÃdo, es vivirlo estéticamente, con las categorÃas melancólicas y visionarias de aura, de lo barroco, de la alegorÃa y de lo sublime.
Al esteta reducido a lo accesorio y secundario, con la mal conciencia de un goce embargado por el malestar general, le oponemos una estética global, que desborda la moral y la polÃtica, incluso la ciencia y la tecnologÃa. Una estética que, en las palabras de Walter Benjamin, tenderÃa a un "mesianimo sin MesÃas", una teologÃa sin dogma. El esteticismo, el dandyÃsmo, la "serenidad de lo frÃvolo" (Baudelaire), adquieren asà la apariencia de un heroÃsmo del alma en cada átomo de nuestra existencia.
Tras un tÃtulo tan "abrumador" se esconde una obra plena de estÃmulos y consideraciones inéditas, dónde se reúnen- y de ello da fe la extensa bibliografÃa final - el pensamiento vivo de grandes autores, desde Goethe a Lyotard, pasando por el siempre incisivo W. Benjamin.
Un libro como éste trae consigo, de inmediato, irremediablemente, unas implicaciones decisivas en los modos de vida, la polÃtica, la filosofÃa, la literatura. Nada, o bien poco, escapa a la insaciable curiosidad de sus autores.